Mar y Rubén son de esas parejas tímidas, pero con un corazón enorme, con las que empatizas desde el primer momento.

Su día comenzaba con muchos nervios, pero con sin perder las sonrisas. Rubén se preparaba en la intimidad de su casa, con su madre para ayudarle con los detalles. Vestía chaqué azul marino con chaleco beige y corbata en el mismo tono que el chaqué.

Por su parte, Mar, que la preparó Verde Agua Novias eligió un Rosa Clará de corte princesa, con escote en V y pedrería en el mismo. El velo era el que su madre llevó en su boda, por lo que tenía un significado muy especial. Los zapatos de terciopelo rosa, eran de Marian Woman, y un sencillo ramo (de floristería Pife) de rosas blancas, eucalipto y olivo ponía el broche.

La ceremonia, de tarde, fue en la majestuosa iglesia de San Pedro, rodeados de sus familiares y amigos más cercanos. La banda sonora la ponía el equipo de Miss Violina y entre sus imponentes bóvedas góticas se dieron el Sí Quiero, para salir por sus puertas entre una colorida nube de confetti.

La luz del atardecer siempre es la mejor para realizar cualquier tipo de reportaje, pero especialmente, los de las bodas, tienen una magia especial. Y aunque aún era pronto cuando llegamos, y la luz era más dura, según pasaban los minutos, se iba suavizando, y en el entorno de la finca de el Pago del Vicario, realizamos una bonita sesión, en la que disfrutamos viendo sus ya más tranquilas sonrisas.

Durante el cóctel, el anochecer iba haciendo acto de presencia, y aprovechamos también para realizar algunas fotos con los grupos de amigos y familia. Después, se pasó a la cena, que tendría lugar en la planta alta de la bodega, y en ella se vivieron algunos momentos emotivos.

La guinda sería el baile romántico con el que deleitaron a sus invitados, para después pasar todos a bailar y disfrutar de la velada hasta última hora de la noche.

Finca: Pago del Vicario
Estilismo: Verde Agua Novias
Vestido: Rosa Clará
Zapatos: Marian Woman
Flores: Pife
Música: Miss Violina

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