Imposible no encariñarse con ellos. Su nobleza y dulzura emanan por cada poro de su piel, y enseguida nos contagiaron su ilusión por el gran día. Paloma es de nuestra tierra, y por razones de trabajo, acabó en la ciudad imperial, dónde una pandemia le trajo el amor de Félix bajo esos uniformes verdes a los que tanto les tenemos que agradecer.
Su día amanecía soleado, y nos poníamos rumbo a Sonseca, dónde se darían el Sí Quiero. Félix nos esperaba en la casa familiar, rodeado de sus padres y hermanos. La buhardilla era el lugar elegido, amplio, luminoso, y hasta dio para jugar una partida de billar para relajar los nervios.
Para la ocasión, eligió un elegante chaqué azul marino, con chaleco en estampado pata de gallo en tonos azules, y una corbata floreada, todo muy elegante, del diseñador Félix Ramiro.
Por su parte, Paloma se vestiría en una casa rural, muy cerquita. Su look, bohemio y romántico nos encantó. Era un vestido precioso de María Baraza, que a su vez daría la opción de verla de diferentes maneras a lo largo de la boda. Lo acompañaba un tocado de Volvorete sobre su trenza, obra de Silvia de Miss Pretty Imagen, un ramo totalmente boho de Pecci Arte Floral y unos zapatos en tono verde agua de Mariela Shoes.
Destacamos el carácter y buen humor de Paloma, pues era ella quien tranquilizaba a sus familiares, y no perdía la sonrisa de la cara.
La ermita de la Virgen de los Remedios fue la elegida para celebrar su unión matrimonial ante Dios. Lugar muy especial para Félix, quien no podría evitar las lágrimas al ver llegar a Paloma al altar.
Nos encanta cuando los novios se brindan gestos de complicidad durante la ceremonia, y entre ellos, no faltaron las miradas ni las sonrisas. De fondo, el grupo Amarti ponía los sones a esta bonita parte del día. A la salida, un coro carnavalero les sorprendía con una canción dedicada especialmente a ellos.
Castillo de Guadamur, para una boda de cuento
El Castillo de Guadamur esperaba para celebrar por todo lo alto el gran día. Nada más llegar, aprovechamos para coger un ratito solos a los novios y realizarles su sesión de pareja. No se si nos gustó más por dentro o por fuera. Sus muros imponentes, sus dependencias históricas, la luz que se colaba por alguno de los patios… Era todo mágico, ideal para una boda de cuento.
De la parte culinaria, se encarga el catering Ákera, quien también se encargaba de dejar bonito cada rincón del castillo. Los invitados disfrutaron del cóctel al aire libre, aprovechando el buen tiempo, y más tarde pasarían al salón para degustar la comida, entre las numerosas sorpresas que se iban sucediendo.
La parte final de la boda volvería a los espacios exteriores, con el castillo como testigo. Allí, los invitados disfrutaron de un auténtico concierto en directo del grupo de música albaceteño Efectiviwonders, y se notó la animación del ambiente, pues novios e invitados bailaron hasta el anochecer.
Además, algunos también se divirtieron con el fotomatón y 360 montado por Crazy Zom. Una boda a la que no le faltó de nada, pero sobre todo, unos novios que hicieron que sus invitados fueran tan felices como ellos en cada momento.
Finca: Castillo de Guadamur
Catering: Ákera
Traje Félix Ramiro
Vestido: María Baraza
Tocado: Volvorete
Estilismo: Miss Pretty Imagen
Zapatos: Mariela Shoes
Ramo/ Deco Floral: Pecci Arte Floral
Música Iglesia: Amarti
Música Barra Libre: Efectiviwonders
Animación: Crazy Zom
No te pierdas la boda de Luna y Paco en la Hacienda de La Membrilleja.
A continuación podéis ver el tráiler de la boda.


















































































































































