La boda de María y Jesús: una historia de amor en una tarde de verano

Hay bodas que se viven con una sonrisa constante, y la de María y Jesús fue una de ellas. Su historia comenzó, curiosamente, en otra boda: la de una prima del novio. Años después, en una calurosa tarde de agosto, eran ellos los protagonistas, dispuestos a darse el “sí quiero” rodeados de su gente más querida.

Los preparativos

Jesús se vistió en su casa familiar, acompañado por un buen número de amigos y familiares que no quisieron perderse ese momento tan especial. Eligió un elegante chaqué azul marino oscuro de Old Jeffrey , con chaleco beige y corbata de rosetones en tonos mostaza y beige sobre fondo verde, un conjunto clásico y con mucha personalidad.

Por su parte, María se preparó en la casa que ambos ya comparten, en un ambiente íntimo junto a sus padres y su hermano. Llevaba un precioso diseño de María Baraza, un vestido transformable que evolucionaba a lo largo del día: con cola larga y mangas abullonadas para la ceremonia religiosa, y una versión más ligera pero igual de elegante para la celebración posterior.
El peinado, una coleta pulida realizada por Peluquería Celes, y el maquillaje natural de Estética Victoria completaban su look. En sus manos, un ramo sencillo de peonías blancas de Floristería Julia.

La ceremonia

La iglesia de Ntra. Sra. de la Piedad de Quintanar de la Orden lucía espectacular. Dos columnas de flores asimétricas daban la bienvenida a los invitados, con rosas, hortensias y gerberas en tonos vivos. El pasillo hacia el altar, flanqueado por flores, velas y una alfombra roja, creaba una atmósfera mágica.

Para combatir el calor del verano, los novios pensaron en cada detalle: abanicos y botellitas de agua esperaban a los invitados. Todo el evento estuvo coordinado por la magnífica Cristina Cabello Event Planner y su equipo, que no descuidaron ningún detalle.

María llegó en un clásico Rolls Royce, mientras Jesús la esperaba en el altar, con una emoción que lo decía todo. La Virgen de la Piedad, en su paso procesional, fue testigo del momento en que se convirtieron en marido y mujer, con la música del coro Laraland acompañando cada instante.

Tras la lluvia de arroz y confeti, besos y abrazos dieron paso a una nueva etapa del día: la celebración.

Finca Huerta Criptana

Ya en Huerta Criptana, el atardecer nos regaló una luz dorada perfecta para retratar a los recién casados. Los exteriores de la finca ofrecían un entorno inmejorable para crear imágenes llenas de calma, amor y complicidad.

Mientras María se quitaba las mangas de su vestido para lucir su segundo look, aprovechamos para fotografiar la decoración del salón, cuidada hasta el último detalle.

Durante el cóctel, el grupo cubano Astrum Eventos puso ritmo y alegría, haciendo que poco a poco los invitados —y también los novios— se animaran a bailar. El ambiente era festivo y relajado, con puestos de vermut, una mesa de quesos y un seating plan encantador. La tarde se fue convirtiendo en noche entre risas, música y buena compañía.

Una fiesta inolvidable

La cena transcurrió entre discursos emocionantes y sorpresas, con los invitados disfrutando de un menú exquisito. Pero la guinda del pastel llegó con la barra libre, donde María sorprendió con su tercer look: un espectacular lazo brillante en la espalda que marcó el inicio del baile junto a su marido.

Desde ese momento, los DJs Aguacate y Mango se encargaron de mantener la pista llena, con efectos especiales y música sin pausa hasta altas horas de la madrugada.

Fue una boda llena de detalles, emoción y momentos auténticos, de esas que dejan una sonrisa en el recuerdo y un reportaje lleno de vida.

Finca: Huerta Criptana
Coordinación: Cristina Cabello Event Planner
Traje: Old Jeffrey
Vestido: María Baraza
Deco floral: Floristería Julia
Música Ceremonia: coro Laraland
Música Cóctel: Astrum Eventos
Música Fiesta: DJs Aguacate y Mango

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