Boda en Finca Los Laureles

21/07/2020 / Deja un comentario

Araceli y Chema son de esas parejas valientes, a las que aunque se les ponga por delante una pandemia, no les es impedimento para demostrar que lo importante, es el amor. Su fecha de boda era el 29 de mayo de 2020, y decidieron seguir adelante con ella en pleno estado de alarma. Se compraron un vestido y un traje sencillos, en una tienda de su ciudad y celebraron una ceremonia íntima, con sus familiares más allegados, en la basílica del Prado de Talavera de la Reina, en Toledo. Decidieron que el próximo 2021 lo celebrarían con el resto de familiares y amigos y estrenarían los trajes que habían adquirido ya meses antes y que aún estaban en proceso de confección debido a la pandemia.

Elopement romántica en Finca Los Laureles

Por eso, pensamos que se merecían tener un recuerdo único y especial, y de la mano de Cris de tocados y eventos, que es una magnífica hada madrina, les organizamos una boda elopement, en el entorno inigualable de la finca Los Laureles, en Ciudad Real.

Comenzamos temprano con los preparativos, como en cualquier otra boda. Miryam Patón empezó a maquillar y a peinar a la novia, con un resultado que no nos pudo gustar más. Para el primer look le realizó una coleta recogida con una cinta negra, a juego con la que llevaría en el ramo, en estilo totalmente silvestre y natural, que prepararon las chicas de Las Jaras, y que quedó de forma magistral. Más tarde, Araceli lució su larga melena suelta, dándole otro estilo al look.

Nosotros, como fotógrafos de boda en Ciudad Real, aprovechamos para documentar todo el entorno, perdiéndonos entre los espectaculares jardines de la finca Los Laureles, cruzándonos con unos vistosos pavos reales que parecían tener el plumaje de terciopelo y hasta el arco iris salió a saludarnos a través de una de las fuentes.

Mientras tanto, Chema se vestía entre el laberinto impresionante de jardines de la finca los laureles, y las chicas de las Jaras decoraban varios entornos de una manera preciosa.

El encuentro entre la pareja fue muy emocionante. El novio esperaba al final de un largo pasillo verde, y Araceli se iba acercando lentamente, para fundirse en un abrazo finalmente. A sus pies, varios faroles que también se encargaron de iluminar esta historia, perfectamente colocados por las chicas de las Jaras. Tras este primer entorno, pasarían al lugar dónde se encuentra el antiguo pozo de piedra, presidido por una Piedad, y que también decoraron Las Jaras para la ocasión, haciendo que la Finca Los Laureles fuera más bonita aún. Allí se prometerían amor eterno, ofreciéndonos, como fotógrafos de boda en Ciudad Real, captar unas estampas preciosas. Saldrían del lugar de la ceremonia, celebrando su unión entre una ligera lluvia de pétalos.

La luz se colaba de manera mágica por cada rincón, destacando un pasaje que Cris decoró con varios veleros de cristal que caían desde el techo, y a los que acompañaba un viejo candelabro que le dio una perfecta ambientación decadente, y sobre su base colocamos el ramo de Araceli. Allí la pareja soñó y nosotros flotamos en una nube, disfrutando de esa luz que escribía una de las más bonitas historias de amor.

La espectacular casa de la Finca Los Laureles, también nos sirvió como decorado para realizar algunas fotos a la novia sola, destacando su sencillez y belleza. Más tarde se uniría el novio para completar esta parte del reportaje frente al portón de madera antigua. Desde el pasillo que daba entrada a la finca, las vistas eran espectaculares y nosotros, como fotógrafos de boda, no nos pudimos resistir y lo aprovechamos al máximo.

Después de todo esto, nos quedaría aún mejor sabor de boca con la mesa tan bonita que preparó Carpa y Fiesta, a la que no le faltaba detalle. Además, Valentín de El taller de Repostería “puso la guinda” con una de sus tartas maravillosas para endulzar la velada.

El día acabaría al anochecer, en la gran piscina de la que dispone la finca, preparada también para la ocasión entre plantas y faroles que la hacían más bonita aún.

Ni los pavos reales quisieron perderse el fin de fiesta, soñando entre bengalas y brindando por este amor único, auténtico y maravilloso.