Boda Escocesa en Ciudad Real

11/05/2023 / Deja un comentario

Cuando aparecieron por nuestro estudio no podíamos imaginar que con ellos forjaríamos una bonita relación de cariño con la que nos esperaban muchas aventuras por vivir. No sabíamos nada los unos de los otros, pero poco tiempo después las piezas del puzzle iban encajando, y resultó ser que nuestras familias se conocían y también se guardaban un gran cariño.

Johny y Lour tuvieron que empezar de cero a preparar su gran día, pues por circunstancias familiares tuvieron que aplazarlo un año. Así que decidieron cambiar incluso el lugar de celebración y elegir uno más acorde a sus necesidades, y todo sea dicho, muy acertado.

El mismo día que vinieron a vernos, nos confirmaron que querían que fuésemos nosotros los encargados de captar un día tan importante, y nos contaban ilusionados algunos detalles del mismo. No fue nada difícil ilusionarse con ellos y sentimos un felling especial que nos dejaba con muy buen sabor y una sonrisa en la boca cuando les despedimos.

Y así pasaron los meses y llegó la preboda, en la que pasamos una tarde muy agradable y seguimos forjando nuestra confianza con ellos, mientras ultimaban detalles que nos contaban con un brillo especial en sus miradas, el mismo que nos hacía ver que sería una boda preciosa, como su invitación, que como siempre decimos, «es la carta de presentación de una boda» y con ella podíamos intuir qué tipo de boda sería y lo especial de la misma. Esta era una acuarela chulísima de Black and White .

Y así llegó el gran día. Johny escogió la casa de su abuela para prepararse, rodeado de sus familiares llegados de Escocia, y de sus hermanos. Debido a la descendencia escocesa, elegió para vestir el traje de gala escocés: un kilt que sentaba estupendamente y para el que escogió minuciosamente los complementos. Resultó curioso aprender tanto de la cultura escocesa, pues muy equivocados están los que piensan que el kilt es un traje regional, ya que es la máxima etiqueta para vestir, lo que en España equivale al chaqué. Además, el color de la falda corresponde al apellido que representa, no es elegido al azar, igual que cada uno de los detalles que lleva. El diseño fue realizado completamente por el diseñador escocés jhkilthire

Entre risas y buen rollo, Brian y Darren, ya vestidos también para la ocasión, ayudaban a su hermano a hacer lo propio, y hemos de decir, que desde ese momento que llamamos al timbre de la casa, nos sentimos integrados como unos invitados más.

Lour eligió la casa familiar para prepararse con su precioso vestido de Rosa Clará y también diremos que su familia nos trató tan bien que nos sentimos en casa. Se vivieron momentos de mucha emoción, como cuando apareció su abuela, y nos costó mantener el tipo tras los objetivos.

Su peinado y maquillaje, tan naturales como ella, corrieron a cargo del equipo de Manuel Peluqueros y los zapatos elegidos para caminar hacia el amor de su vida, eran unos preciosos Loov Shoes en color buganbilla, súper originales. Pero para original «su ramo» que era un bastidor de flores precioso con un lazo que llevaba los colores de la familia de Johny. Fue obra de Jana de El Jardín Romántico , al igual que su tocado.

Boda en la Finca La Membrilleja

Partimos hacia La Membrilleja, finca elegida tanto para la ceremonia como para la celebración de su boda, y la cuál estaba llena de preciosos girasoles, la flor preferida de Lour. Fue obra de Wedding Eventos, coordinados con El Jardín Romántico.

El salón de la chimenea fue el elegido para la emotiva y original ceremonia, siguiendo ritos y tradiciones escocesas. La llevaron a cabo los tres hermanos, y unos amigos de Lour ponían una maravillosa banda sonora.

Comenzó la misma repartiendo un chupito a cada invitado y brindando por los que nos veían desde el cielo, que a buen seguro, estaban muy orgullosos. También se leyeron discursos a cargo de amigos de la pareja, y sellaron su amor con el lazo que anudaba en sus manos la tía de Johny.

Finalizaba la ceremonia bebiendo todos de dos cálices y brindando de nuevo por su amor. La salida por la puerta principal de la finca con pétalos de colores fue súper bonita.

Mientras los invitados se dirigían al cóctel, nosotros aprovechamos para hacer la sesión de pareja, primer (y único) momento en el que los novios están a solas, y pueden verse con tranquilidad. La finca estaba preciosa, así que la realizamos allí mismo. Comenzamos por el salón de la chimenea, y salimos al patio de albero, dónde realizamos algunas entre las mesas, que estrenaban una bonita mantelería amarilla, a juego con todos los girasoles que las decoraban, y también en su mítica encina a la que los propios novios pusieron alguna guirnalda de luces.

No pudieron faltar tampoco, algunas en la sala de tinajas, antigua bodega de la finca.

Y así, tras pasar al cóctel, en el que los chicos de la Old Dixeland ponían banda sonora, animando así al personal (¡ qué importante es la música en cualquier celebración!) dio paso la cena, entre luces de verbena y un ambiente espectacular, en el que no dejaron de sucederse sorpresas, alegrías y emociones, y en las que los invitados y por supuesto los novios, irradiaban felicidad. Hubo canciones improvisadas, bailes, regalos, y por supuesto, tiempo para deleitarse con la buena comida de Pepe Mesa . Los regalitos a los invitados, como no podía ser de otra manera, estaban a cargo de la Asociación Española Contra el Cáncer, aportando así a una buena causa.

Para poner el broche de oro, se dio paso al baile y barra libre, en la que los invitados, entregados, nos regalaron muchos momentos dignos de quedar en el recuerdo, entre ellos, la aparición de una charanga carnavalera, para el deleite especialmente de la novia.

No hemos podido resumir más esta espectacular boda, la que sin duda, nos ha marcado personal y profesionalmente, y hemos disfrutado intensamente.

De los novios y sus familias, solo decir que han sido un regalo para nosotros, y que les deseamos toda la felicidad del mundo.